Visitas recomendadas: Lago Mashū, Hokkaido

Los Ainu, lo llamaban el Lago del Demonio. El Lago Mashū, o Mashūko (摩周湖) como se dice en Japonés, es una acumulación de agua (obviamente dulce) en la caldera de un volcán extinguido que se encuentra en Hokkaido, la isla más al norte de Japón y menos habitada (hay unos cinco millones de personas, por lo que podríamos decir que la población de Hokkaido y la de Madrid son similares). Se encuentra exactamente en el punto en donde muestra este mapa, a una hora conduciendo al Sur de Shiretoko. Está incluído dentro del Parque Nacional Akan.

Se trata de uno de los lagos con el agua más transparente del mundo, sólo por detrás del Lago Baikal, aunque hay gente que dice que no es así y que éste es de hecho el lago más transparente del mundo… la wikipedia, también lo dice. Tiene más de 40 metros de ‘transparencia’, que se mide metiendo un medidor en el agua… el cual se ve hasta 40 metros por debajo de su superficie. Sorprendente, ¿no? – el lago no tiene más afluentes que la lluvia que cae en el cono y montañas cercanas al mismo, y tampoco tiene salidas… lo que ‘sale’ de él es básicamente lo que se filtra del mismo, por el suelo, que es más o menos lo mismo que se precipita de lluvia sobre él (y ahí, llueve bastante). Es por esto que, al no tener sedimentos de afluentes y al estar aislado, el agua es tan transparente, y es renovada constantemente. Podríamos pensar en él como un enorme charco sobre la caldera de un volcán.

Estuve allí en mi última visita a Shiretoko y por cosas del tiempo y los olvidos, aún no había publicado nada en el blog pero sin duda merece la pena hablar de este lugar, al que se que volveré en muchas ocasiones. ¿Por qué? Porque es realmente mágico. Es por maravillas naturales como ésta y Shiretoko que Hokkaido es un lugar realmente espectacular dentro de Japón. Las fotos que hice, no le hacen justicia;

La caldera, se formó hace relativamente poco, sólo unos 7.000 años (que en términos geológicos, es muy poco). En el centro, el lago tiene una pequeña isla (Kamuishu) hecha básicamente de lava solidificada, tras la última erupción.

Es relativamente complicado ver el lago porque tiene, casi siempre, bastante niebla (es un sitio elevado) y además no se puede acceder al mismo… sólo se puede ver desde miradores situados en los bordes de la caldera. El turismo, ha hecho que florezca un negocio de venta de agua mineral de este sitio, así que si queréis, podéis probar el agua del lado, eso si, embotellada. Alrededor del lago, no se ve ningún tipo de construcción (como casi siempre en Hokkaido).

Aunque en las fotos no se aprecia, es perfectamente posible ver cómo las ramas de los árboles se meten dentro del agua y se dejan ver unos cuantos metros sobre el nivel de la misma.

Si queréis ver el timelapse que hice ahí, os invito de ver de nuevo este video – las escenas de éste lago (y de otro lago mucho más grande llamado Kussharo, al Oeste del Mashū), aparecen aparecen a partir del minuto 3:12.

Pasar un rato allí, apoyado en las barandillas de diferentes miradores, con todo esto delante y la brisa, es impagable. Realmente un lugar en donde uno se puede relajar, dejar de pensar en todo y disfrutar incluso con los ojos cerrados. En definitiva, una visita recomendada que no puedes perderte si te gustan los parajes naturales, y si quieres quitarte la idea preconcebida que algunos tienen de que Japón son montones de edificios y ciudades llenas de cemento. El único inconveniente para poder visitar este sitio, es que hace falta un coche… es imposible llegar con otro medio de transporte sin pedir algún tour en una agencia de viajes local (había bastantes autobuses turísticos, así que me imagino que varias agencias
ofrecen viajes a este lugar).