Macao, caminando a 233 metros de altura

Después de hablar de los días que pasé en Hong Kong, tenía ganas de contar también la visita que hice durante un día a Macao, antigua colonia portuguesa y hoy, como Hong Kong, zona administrativa especial de China. Se trata de un viaje rápido en uno de esos barcos ‘jet’ que se levantan sobre el nivel del Mar lo suficiente como para minimizar la fricción con el agua y poder ir más deprisa. Cuando uno sube en Hong Kong tiene un aspecto tal que así…

… y cuando corren, así. Este es el Santa María.

A mi que me encantan los ‘norimonos’ (cosas en las que uno se puede subir) no veía ha hora de subirme a un chisme de estos. Creo que hay algo parecido en los servicios que van de Barcelona o Valencia a las Baleares o desde Fukuoka a Busan, en Corea del Sur. Una vez llegados a Macao, hay que pasar por aduanas, pues técnicamente se trata de otro país (aunque, en teoría, se supone que no he salido de China). Hacía mucho tiempo que no me ponían sellos de salida y entrada en el pasaporte sin haberme subido a un Avión. Es curioso también como en muchos sitios encontré carteles escritos en japonés además de chino e inglés. En este, me llamó la atención que la parte en japonés estaba escrito más grande que la parte en chino.

También me llamó la atención que los Turbojets (Jetfoils) están fabricados por Boeing, en concreto este era un modelo 929-100 y en Japón, Kawasaki tiene licencia para fabricarlos. Pensaba que Boeing fabricaba sólo Aviones, pero estaba equivocado. En la Wikipedia tienen su página, y la foto que sale es precisamente la del barco al que yo me subí (Llamdo Urzela); Por lo visto se usaron antes en Hawaii y luego fueron llevados a Hong Kong para hacer la ruta entre esta ciudad y Macao, y también, parece que en las Islas Canarias se han utilizado (¿o se siguen utilizando? – si algún lector lo sabe, agradecería que me aclarase la duda). Fijaros también en el detalle del color verde claro que el Mar tiene en Hong Kong.

Dejando el tema de los barcos, una vez llegados a Macao, uno ve todos los carteles en portugués además de chino e inglés… lo cual es de agradecer; Es la primera vez que en Asia puedo leer carteles y más o menos entender lo que dicen, obviando el inglés. Macao como ciudad, me gustó mucho… todo estilo europeo, edificios de colores vistosos y… muchísima gente. De nuevo, si podéis evitar los fines de semana cuando visitéis Macao, lo agradeceréis.

La mezcla europea-china se nota mucho más de lo que se puede notar en Hong Kong;

En la Plaza del Senado es posible encontrar edificios amarillos, rosas… nadie diría que estamos en Asia si no fuera por los carteles.

En la plaza, se estaba celebrando una especie de festival de danza.

Esta es la oficina de correos, al lado de la plaza; como podéis ver, cualquiera podría decir que este edificio está sacado directamente de Madrid

Justo detrás de este edificio, es en donde almorcé este día; Fue un simple filete con patatas, pero sin duda uno de los más ricos que he probado en mi vida. Si tenéis la oportunidad de visitar Macao, recomiendo encarecidamente que subáis estas escaleras y entréis en el restaurante que hay a la derecha – lamentablemente no recuerdo el nombre, pero no tiene pérdida, es el único restaurante que hay al subir las escaleras detrás del edificio de correos. Son las puertas que se ven en la foto.

Lo de no ir un fin de semana porque hay mucha gente, lo decía para evitar escenas como la de esta foto;

Caminando hacia el famoso Casino Lisboa (un edificio que no pasará desapercibido por su forma de ‘flor’…)…

… es posible adquirir en una famosa tienda de la zona los Eggtarts, las famosas tartaletas de huevo de Macao. La tienda es tan famosa que toca hacer cola…

Es muy curioso el contraste entre los edificios en donde está esta tienda y el Casino Lisboa, inmediatamente al lado.

En el casino Lisboa también entré, y fue realmente espectacular.

Lamentablemente no dejaban hacer fotos dentro, porque todas las cámaras (en un sólo vistazo conté más de 30) las tienen ellos… fue dar un paseo por la sala central y ver todas las mesas de juego llenas hasta la bandera. En China, el juego está prohibido pero en Macao, una especie de mini Las Vegas, se permite, por lo que tuve la sensación que de muchos de los que tienen ganas de jugar vienen aquí a pasar el día. He estado también en el Gran Casino Madrid pero este que vi en Macao era simplemente masivo. Máquinas de última generación, vigilantes, cientos de cámaras y miles de clientes. Si tenéis una oportunidad de entrar, no lo dudéis, aunque no juguéis, porque merece la pena ver el espectáculo.

Sin embargo, no fue el casino, la comida, el aspecto europeo de la ciudad lo que más me gustó; La estrella de ese día en Macao se la llevó su torre, en la que es posible caminar por su cornisa, tal cual, a 233 metros de altura… por supuesto, bien agarrado de un arnés, por si te da por caerte…

Cuando vi la oferta, por alguna razón, no dudé en pedir un ticket. En el ascensor al subir, ya me empezaba a arrepentir, y si… yo tengo mucho miedo a las alturas. Sobre todo, después de ver carteles como este…

Lo sé, no tiene lógica pedir el ticket sin pensarlo ni 10 segundos si tengo miedo a las alturas pero por alguna extraña razón me dio por ahí y como ya lo había pagado y no me podía echar atrás (aunque quería) le eché mucho valor, y salí fuera. Desde dentro, la cornisa se veía así…

Desde fuera, sentado con los pies colgando del borde, tenía el corazón a 100, la carne de gallina y una simple brisa de aire me ponía de los nervios, pero la vista y estar en el borde sin más, aún sabiendo que si me caía tenía dos cuerdas de seguridad enganchadas en un arnés, fue realmente impresionante, una auténtica gozada para los sentidos. La mente te pide que no te acerques, pero todos se acercan al borde, y tienes que hacerlo también, casi por vergüenza; Conmigo, venían más personas; una pareja de japoneses, y una madre e hijo pequeño de Hong Kong.

Excepto yo, nadie tenía el más mínimo miedo. Con nosotros, venía un monitor que era un cachondo mental; No paraba de hacernos todo tipo de putaditas en plan corre por la cornisa, salta al vacío y verás cómo la cuerda te mantiene en lo alto mientras vuelas por el vacío, que si cuélgate del borde, y cosas así.

La gente, se diverte mucho aquí haciendo tonterías… estas fotos que me ha cedido la organización de la torre, lo muestran. Las cuerdas que te agarran, son bastante largas y permiten incluso tumbarse en el suelo… solo que uno, si quiere, puede tensar una de ellas como si fuera el cinturón de seguridad de un coche, tirando fuerte.

Ni qué decir que yo con sentarme al borde con los pies colgando ya me sentía como Superman mientras sonaba «prueba superada» de fondo… de hecho, así se lo dije al monitor, al que debí caerle en gracia porque entre risas me dijo que tenía que vencer mis Miedos (con mayúscula) y que si quería, podía saltar (desde la torre, se puede hacer también bungee, siendo el sitio en la Tierra más alto desde el cual se puede practicar este deporte). Yo, le agradecí la oferta pero amablemente la decliné mientras pensaba que ni de coña iba a dar el salto; Los que si lo daban, eran algunos de los que estaban a mi lado. Ver gente saltar de un sitio así a 233m de altura, de verdad, es impresionante…

Ver cómo cae alguien desde arriba, parece irreal…

Es posible subir hasta la antena, a casi 300m de altura, pidiendo reserva, y sólo en días de buen tiempo. Se tardan tres horas y da vistas como estas.

Y aquí termina mi entrada de hoy, siento mucho la longitud de la misma… – los que tengan interés en precios y detalles de la Torre de Macao pueden visitar esta web. Les doy las gracias a la organización de la torre… fueron divertidos, alegres, abiertos, y muy profesionales. Sin duda, si vas a Macao, no puedes dejar de visitar esta torre, será una experiencia que no olvidarás nunca.