La estación de Kioto siempre ha sido uno de mis lugares predilectos en Japón. Bueno, toda la ciudad de Kioto ha sido siempre una de mis preferidas… he ido ya muchas veces, pero aún me queda tanto por ver de ella. Es simplemente inabarcable por su inmensa riqueza cultural. Empezando por la estación de tren, siempre me ha impresionado su arquitectura. No llegué a conocer la antigua porque la actual se abrió en 1997, dos años antes del día en el que yo la utilicé por primera vez, en el verano de 1999.
Aunque mis amigos en Kioto me dicen que la antigua es muy añorada y que el diseño de esta estación no encaja con el estilo tradicional de la ciudad, a mi me encanta por su gigantesca escalera, interminable, que sube hasta su azotea por uno de los lados.
Desde ahí es posible cruzar al otro lado de la estación por un paso elevado desde el que se puede disfrutar de una buena vista de la ciudad y de la Torre de Kioto.
Abajo, restaurantes, tanto en plantas más elevadas (ese Mister Donuts de mi alma ) como en las plantas por debajo del nivel del suelo, y un enorme centro comercial de Isetan. Arriba, también hay muy buenos restaurantes de tonkatsu o sushi, entre muchos otros platos.
Es imposible aburrirse en este lugar, y eso lo puedes comprobar en este vídeo que he grabado recientemente allí, en donde además de la estación en sí puedes ver la iluminación navideña con miles de LEDs colocados en cada peldaño de la escalera, convirtiéndola en una enorme pantalla oblicua.