Excursión de un día desde Tokio: Monte Mitake

A menudo los amigos que visitan Tokio por unos pocos días me preguntan qué otros sitios, aparte de Tokio, se pueden visitar cerca de esta megapolis. Están los de siempre, como Hakone, que es precioso, sin duda, y también Kamakura, e incluso Nikko, un lugar realmente precioso lleno de templos en la montaña a menos de dos horas de viaje. En este artículo os hablaré del monte Mitake, una montaña que hay en el parque nacional Tama Kai de Chichibu. Para llegar ahí, se utiliza la línea Ome, desde Shinjuku o lugares como Kichijyouji hasta Ome. Esta es la estación a la que se llega en ese tren, al pie del monte Mitake.

Una vez allí, hay que utilizar un autobús que te lleva al pie de la montaña donde empieza la caminata. Es el único autobús que hay, así que a poco que preguntes o mires dónde va la gente, lo encontrarás. Desde ese lugar, se puede escoger utilizar un espectacular funicular como éste, construido hace muchos años pero, como casi todos los transportes en Japón, muy bien cuidado.

La pendiente que sube, es realmente impresionante y es una pena que en las fotos no se aprecie.

Algunos quizás preferís subir andando, pero recomiendo utilizar el funicular porque el paseo que hay después tampoco es pequeño y es recomendable llegar frescos al punto de partida

Una vez aquí, es un buen lugar para conseguir botellas de agua mineral, Pokari Sweat o lo que te más te guste, porque después ya será más caro y complicado encontrar comida o bebida. Aquí tenemos por ejemplo un hombre tostando las tradicionales mochi dango (bolas de pastel de arroz). Después, hay un paseo por el pueblo más cercano a la estación del funicular, y se llega al Templo del Monte Mitake tras subir una larga escalera.

Aprovechando que es Otoño, no podía dejar la ocasión de fotografiar hojas de kouyou (紅葉), las típicas hojas de momiji. En el microblog publiqué unas cuantas más.

Como es habitual en Japón, también hay folletos informativos sobre los pájaros que se dejan ver por estos lares. Eso si, sólo en japonés.

El pueblo que se cruza, tiene algunas casas con el típico techo tradicional japonés, algunas de ellas, como ésta, no lo han renovado en bastantes años, hasta el punto de que un pequeño árbol le ha crecido encima

Por fin, llegamos a las escaleras, y al templo.

A veces he rezado en templos japoneses. Este día también recé, pero fue especial. Fue para una persona muy importante para mi, que lamentablemente ya no está. De entre todos los muchos templos que he visitado en Japón, éste es especial, porque en él dejé algo de esa persona, para siempre.

Desde aquí, empieza la caminata propiamente dicha. Primero se llega a un bonito mirador, que es utilizado por el helicóptero para recoger personas lesionadas cuando sea necesario, y el resto es sólo camino entre árboles altísimos, montaña abajo, hasta llegar a una pequeña cascada llamada Chichidai no taki.

A partir de este punto, es donde empieza lo más espectacular… un recorrido por un riachuelo, saltando de lado a lado utilizando unas grandes piedras mientras, poco a poco, se llega hasta uno de los lugares de descanso. Antes, hay una pequeña subida, pero bastante escarpada, por el típico sendero lleno de raíces de árboles, tan típico de muchas montañas en Japón.

Aquí se puede descansar un rato y hay unos cuartos de baño, sin luz y los más sucios que he visto en Japón hasta ahora. Continuando un poco más adelante, está la cascada más grande llamada Ayahiro no taki (綾広の滝), y punto final de la caminata. A partir de ahí, se puede volver por otro camino más alto mucho más cómodo, o por donde has venido.

En total, son más de 9 km de paseo tranquilo, con unas vistas espectaculares y naturaleza por todas partes, que te recomiendo mucho si te gusta caminar por la montaña por caminos un poco complicados. Había gente que venía con bebés y con perritos así que diría que tampoco es muy difícil (he estado en montañas mucho más complicadas, también en Chichibu) pero hay que venir preparados con calzado deportivo adecuado.